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El 7 de septiembre Mauricio Pinilla deberá mostrar en el amistoso ante Ucrania, en Kiev, por qué Marcelo Bielsa se decidió a llamarlo a la selección chilena tras casi cuatro años de ausencia.
Y si bien en lo futbolístico el ariete no debiera tener grandes problemas si ratifica su actual nivel,y el que exhibió la temporada pasada en el Grosseto, ahora sus principales metas en su regreso no están necesariamente dentro del campo de juego.
Esto porque el delantero aún carga con la mochila de su pasado farandulero y bohemio que distorsionó el camarín nacional durante las clasificatorias al Mundial de Alemania 2006, lo que lo llevo a ganarse el repudio de muchos jugadores y de la hinchada nacional.
Por ello, en su nueva incursión en el cuadro rojo el artillero primero deberá recuperar la confianza y el respeto de sus compañeros, especialmente de referentes del equipo nacional como Claudio Bravo, Pablo Contreras, Humberto Suazo, Matías Fernández y Alexis Sánchez, entre otros.
Es un secreto a voces que el plantel habló con Bielsa durante las pasadas eliminatorias y en la previa al Mundial de Sudáfrica para que no nominara al ahora delantero del Palermo de Italia, recordando sus constantes salidas nocturnas, su falta de disciplina y un sinfín de actitudes que contribuyeron a generar un ambiente de poca seriedad esgrimido como causa de los malos resultados que exhibió el combinado chileno hasta antes del arribo del estratego rosarino.
Las mismas situaciones que llevaron a jugadores como David Pizarro a renunciar al “equipo de todos” y que enfrentaron a Pinilla con algunos connotados compañeros de ese entonces, entre ellos el mismísimo Marcelo Salas, con quien, según se cuenta, habría tenido un duro enfrentamiento tras llegar a una práctica luego de una jornada de “esparcimiento nocturno”.
Por esto, la misión de Pinilla está en lograr que esos antecedentes queden archivados y meterse en la dinámica de la selección que privilegia el orden, el respeto, la organización, la disciplina y, por sobre todo, el profesionalismo de la mano del “Loco”.
Así, deberá olvidar las declaraciones polémicas, la aparición en programas de farándula y todos aquellos errores que estuvieron alborde de despilfarrar una carrera que prometía ser estupenda.
Además, someterse sin condiciones a las órdenes de Bielsa, quien seguramente lo pondrá a prueba con algunas decisiones como nominarlo y dejarlo en la banca más de una vez, como sucedió en reiteradas ocasiones con Arturo Vidal y Jorge Valdivia, dos díscolos quienes debieron aprender la lección, tras lo cual se convirtieron en aportes fundamentales en la clasificación a Sudáfrica
Así, deberá olvidar las declaraciones polémicas, la aparición en programas de farándula y todos aquellos errores que estuvieron alborde de despilfarrar una carrera que prometía ser estupenda.
Además, someterse sin condiciones a las órdenes de Bielsa, quien seguramente lo pondrá a prueba con algunas decisiones como nominarlo y dejarlo en la banca más de una vez, como sucedió en reiteradas ocasiones con Arturo Vidal y Jorge Valdivia, dos díscolos quienes debieron aprender la lección, tras lo cual se convirtieron en aportes fundamentales en la clasificación a Sudáfrica
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